Tuesday, June 17, 2008

Portal Valparaíso: la problemática de los pequeños comerciantes porteños

No es novedad alguna que las grandes empresas de retail han ido ganando espacio dentro de la vida urbana, la mayor parte de las veces a costa de la arquitectura de antiguos barrios y los pequeños comerciantes que en ellos habitan. Esta situación es la que se ha vivido desde el año 2006 en la ciudad de Valparaíso, esto a partir de la inauguración del centro comercial Portal Valparaíso perteneciente a la cadena CENCOSUD, propiedad del empresario Horst Paulmann, el que está ubicado en la intersección de las avenidas Argentina y España. La inauguración comenzó el día 16 de febrero de 2006, cuando se abrió el local Easy, a lo que seguirían la apertura el 21 del mismo mes de Jumbo y a mediados de aquel año la tienda París.





La construcción de este centro comercial estaba proyectada desde el 2001, antes que el sector donde está emplazada fuese considerado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, en 22 mil metros cuadrados comprados a la Inmobiliaria Marsilia que con anterioridad eran arrendados a la empresa GasValpo. A pesar de tener ciertas consideraciones respecto a la armonía arquitectónica del lugar, el emplazamiento de la mole de CENCOSUD cambió de inmediato el entorno al opacar a otras edificaciones del sector, como es la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, y llevar al cierre y posterior demolición de un pequeño paseo comercial a los pies del Cerro Barón. Este último hecho permite comenzar lo que será la principal crítica a esta inversión de Paulmann.


Desde la inauguración de este proyecto se han visto afectados numerosos establecimientos comerciales pertenecientes a los sectores residenciales de los cerros Barón y Placeres, bajando esto sus ventas en forma progresiva ante la imposibilidad de competir específicamente contra el supermercado Jumbo. En términos económicos, podemos decir que esto se debe a las ventajas comparativas que manifiesta Jumbo con respecto a los pequeños comerciantes, ya que la invasión al área de influencia de éstos se hace desde sólo un emplazamiento, el que concentra la oferta de similares productos pero a un menor precio -una de las características principales del negocio del retail es comprar por mayor, reduciendo sus costos y sus precios-, con mayores facilidades de pago si no se considera el endeudamiento posterior del cliente (¿o inocente?). A esto deben agregarse dos factores, como son las tiendas comerciales que acompañan a Jumbo (Easy, París y más recientemente La Polar) y la posibilidad que éste da de la entrega a domicilio, la que según el sitio web del supermercado abarca un radio de 25 kilómetros que incluye Con Con, Viña del Mar y Quilpué.




Ante la problemática que esta situación presenta al comercio detallista del sector mencionado (Barón-Placeres), la primera solución que puede presentarse es obviamente la más descabellada y menos práctica, como es la consideración de los pequeños locales comerciales como parte de la identidad de los barrios en que se enmarcan, por tanto también parte del patrimonio de la ciudad, lo que justificaría un subsidio en defensa de éstos. Pero tal como mencioné, esta situación es descabellada y poco práctica, partiendo desde el hecho que la UNESCO sólo considera la arquitectura dentro del Patrimonio de la Humanidad, a lo que se agrega que ni el Estado ni la Municipalidad cuentan con los recursos para esto o para enfrentar a un gigante como CENCOSUD ante la posibilidad de un recurso judicial en contra de la medida (el costo de vivir en una sociedad capitalista).




Ante el fracaso de tal opción se presenta otra, más viable y enmarcada dentro de las reglas del Mercado. Esta se enfoca en la fusión de los pequeños comerciantes para generar un departamento de adquisiciones al que le resultaría más sencillo negociar con los distribuidores en busca de una disminución de los precios a partir de la compra a mayor escala de los productos (como ha hecho la cadena MTS para enfrentar la irrupción de Easy y Homecenter/Sodimac). Esta acción permitiría también bajar sus precios para retomar el área de influencia que poseían con anterioridad a la construcción de Portal Valparaíso, a través de un funcionamiento que ha estado presente en la historia nacional a partir del auge de las cooperativas. Asimismo, a esto podría sumarse el generar un acceso a formas de pago similares a las presentadas por CENCOSUD, de preferencia con menores intereses, las que acompañarían o reemplazarían al crédito simple (mejor conocido como fiar). Obviamente, estos nuevos elementos se agregarían a lo que es una característica de estos negocios que grandes supermercados como Jumbo no puede igualar, como es el trato personalizado y familiar presente en el comercio pequeño.

Cosas de la rutina urbana

Quedé atónito, tengo que admitirlo.


El jueves de la semana pasada iba caminando por Marín, desde Portugal hacia Lira -ya saben, escuchando música, fumando, lo de siempre-, y me encontré con algo insólito. Frente al Edificio del Claustro, justo al lado de un letrero que dice 'no estacionar de 7:00 a 20:00 hrs.', estaba parado un auto a las 8:20 de la mañana. Como si fuera poco, estaba estacionado en el espacio entre la entrada y la salida de vehículos del mencionado edificio EN DIRECCIÓN CONTRARIA AL SENTIDO DEL TRÁNSITO (hecho justificable en vías reversibles como San Ignacio, pero no en Marín).


Ya me conocen, saben que me pasé mil rollos tratando de entender cómo demonios estaba ahí el autito, estacionado de esa forma y aumentando el taco matutino. La verdad, no encontré ninguna explicación que satisfaciera mi infinita curiosidad.


Algún despistado debe haber sido el creador de esta joyita santiaguina.


Monday, June 02, 2008

De Elektra y Eros

Me he dado cuenta durante las últimas semanas (aunque antes de forma más somera) de lo recurrente que es para la mayoría de las mujeres que conozco el decir que todos los hombres somos iguales. En honor a la verdad debo confesar que también he caído en generalizaciones de ese tipo al referirme a ellas, pero tal como hago yo ahora no son pocas las excepciones que han salido a mi camino para declamar contra mis palabras con dientes y uñas. De igual manera se vuelve necesario reconocer que la tendencia a generalizar tiene su fundamento en rasgos que parecen inherentes a cada género, algunos de los cuales serán tocados tangencialmente en las siguientes líneas. A pesar de esto, he decidido partir mi escrito proponiendo el uso de la palabra casi antes de nuestros comentarios y así evitar afectar a las excepciones existentes en los bandos en disputa.


Bueno, mis palabras estarán dedicadas entonces a casi todas las mujeres, aunque quizás también a más de alguna fémina excepcional y casi perfecta.


Comienzo por declarar que no soy en ningún caso uno de esos defensores acérrimos del pensamiento de Jung, pero aún así debo coincidir con el psiquiatra suizo en algunas de sus propuestas al ver que no son pocas las mujeres que basan su vida sentimental en la búsqueda de una pareja que se ajuste a los parámetros de la figura paterna que tuvieron. En la teoría esto no parece tan terrible, pero en la práctica bien sabemos que los padres no son perfectos y que nadie les enseña a enfrentar la midlife crisis o crisis de la edad "madura", momento en que muchos hombres terminan convirtiéndose en idiotas o unos verdaderos hijos de puta (si acaso no lo eran antes). Es así como sin reparar siquiera en los hombres buenos que haya a su alrededor ellas salen una y otra vez con idiotas, aunque con mayor frecuencia con hijos de puta.


Estas mujeres tienen además la mala costumbre de tener un amigo cercano al que le cuentan todo, aún sabiendo que el amigo en cuestión involucra otros sentimientos en la relación. En este mundo alterno surgen otro tipo de frases generales, justo en el momento en que se refugian en el amigo en busca de consejo y cariño, como la torpe "¿por qué no salgo nunca con hombres como tú?". Es típico también ver como dentro de las confesiones y los cuestionamientos que hacen surjan justificaciones para seguir babeando por los patanes, en especial aquellas que apelan al amor que sienten por tales hombres -aunque en realidad tiene más atisbos de dependencia-, instante en que el fiel consejero apela al amor propio de su sufrida amiga, lista de todas las características positivas incluída; sin embargo, por más que las mujeres aludidas reconozcan tal falencia, finalmente terminan volviendo con las alimañas que tienen como pareja/pololo/marido o saliendo con otro peor.


Pero también está el otro tipo de mujer afectada por esta extraña variación del mentado Complejo de Elektra, esa que toma la misma actitud que actualmente muestro y basada en similares frustraciones. De la misma forma que piensan que todos los hombres son igual de patanes que sus padres, es asimismo predecible que supongan que cualquier relación en la que se embarquen terminará en un fracaso, hecho que su vincula con la muchas veces inexistente proyección de familia que poseen basadas en el fracaso de sus propias familias. Y este escollo defensivo es quizás más difícil de superar que el vicio anterior, ya que las mujeres que se han acostumbrado a vivir tras él se enfrentan fieramente a la noción de estar equivocadas. Para ellas el lazo entre hombre y mal se superpone en todo momento a la simple idea de verificar la existencia de hombres buenos, aunque sea el mismísimo Spider-Man quien esté ante sus ojos. Las intenciones de un hombre bueno les resultan sospechosas ("algo malo debe tener"), una visión negativa que necesita del proceso de ensayo y error para ser superada, acción que no están dispuestas a ejecutar.


Tras este brevísimo análisis no me quedaría más que reafirmar la decisión tan controvertida de no aproblemarme ante las mujeres. Después de todo, con tanto lío psicológico es mejor esperar a una fémina excepcional que me provoque mariposas en el estómago y hormigueos en la piel antes que sacrificar tiempo y esfuerzo tratando de lidiar o solucionar estas problemáticas existenciales.