Saturday, September 29, 2007

Un mundo de colores

Así como leen, le he puesto algo de color al asunto éste de la vida. No se nota mucho acá en la red, pero deben saber que todos los escritos que llegan a mis blogs tienen su génesis en un cuaderno que me acompaña a todos lados. Para quitarle monotonía a sus hojas es que mis lápices fineliners han venido al rescate, dándole ese no sé qué a mis borradores.

Claro que nada parece estar exento de problemas. Con lo lindos y útiles que son no han hecho más que provocar la envidia entre quienes los ven, razón por la que la pobre cajita incluso ha sido solicitada como regalo de santo, cumpleaños, aniversario y bautizo del primo del tío del vecino nuevo. Así no se puede.

No insistan, mi cajita es única y no se la daré a nadie porque sus colores me alegran el día.

Tuesday, September 25, 2007

Y llegó no más... (pensamientos primaverales)

No van ni dos días de primavera y ya ando pensando tonteras- Claro que no sé si es por la estación, los ataques de ansiedad, el cansancio o la pronta llegada de la luna llena -aunque Selene suele venir con otros efectos-, pero lo cierto es que mi mente anda por mundos que a estas alturas de mi soltería resultan demasiado ajenos. Obvio que voy a escribir sobre eso, así como también es obvio que lo hago para sacar un poco de presión de mi cabeza que en estas fechas debe estar en otras cosas menos "triviales".


Desconozco los motivos que me llevan a pensar en una persona en específico a la hora de concentrarme en una evaluación emocional, si bien es cierto que desde hace algún tiempo que deambula con cierta regularidad por mi mente. Por ahora sólo puedo decir que hace más de una semana que no tengo noticias de ella, a excepción de la última actualización de su fotolog, y es que la tecnología es bastante fría así como lo es también el andar por la clandestinidad los últimos días. Me encantaría poder decir que cuando la vi ayer nos fuimos a tomar un café y nos pusimos al corriente, aunque en realidad ni siquiera me fue posible hablar con ella porque nos separaban tres pisos y el rostro serio de un profesor forzándome a ingresar a la sala. Así ha estado este semestre, obligándome a extrañar el poder verla todas las semanas y con la sola posibilidad de trabar con ella una o dos palabras por messenger.


En momentos como éste es cuando le encuentro razón al Dani. Creo profundamente que me equivoqué de época, que es por ese motivo que me he mantenido soltero ante la incapacidad de adaptarme al funcionamiento actual del sistema de cortejo: en definitiva, soy demasiado lento. Me resulta difícil el ponerme a pensar en cómo conquistar a una mujer 8 años menor que yo, y en el pensar se me escapa el tiempo que debería invertir en actuar. Más aún, el actuar también es complejo para mí en un momento en que el que "perrea" mejor parece acaparar toda la atención femenina mientras que mi forma de actuar, la galantería y las emociones, parece haberse convertido en una pieza de museo. Sin embargo, de todos modos me gustaría arriesgarme, intentar demostrar que no soy un ser anacrónico condenado a la soltería y al abandono de los sueños y esperanzas sobre el futuro. Me merezco una oportunidad, un ¡vamos, carajo, que se puede todavía!, saber que no sólo estoy hecho para ser amigo sino también pareja.


No recuerdo muy bien cómo es que me fijé en ella por primera vez. Debe haber sido una de las tantas ocasiones en que terminamos sentados en esquinas inversas de la sala, ella con parka blanca y yo con abrigo negro, ella sonriendo y yo siempre serio. En algún momento nuestras miradas se deben haber cruzado, logrando que en mi rostro se dibujara una mueca parecida a una sonrisa. Así es como esta atracción encontró su génesis, entre discusiones sobre la sociedad y sus problemas, en alguno de tantos momentos en que mi labia cruda se atrevió a romper el silencio de su boca temerosa a opinar. A cada instante esperaba que su voz se alzara para rebatir mis frías evaluaciones sobre la realidad, que me dijera que nada podía ser tan malo porque ella estaba presente. Quizás alguna vez lo hizo, sin palabras, con una dulce mirada al final de alguna intervención catastrófica de mi parte.


El semestre terminó y a la hora de las evaluaciones yo me convertí en el tipo engreído mientras ella, con su cabello castaño claro cayendo sobre los hombros, era la cuica. Ambos estábamos concientes que el otro no era así, que caracterizaciones tan radicales no bastaban para describir la complejidad de nuestras personalidades, y fue en esa frustración que inició para nosotros la "era messenger", la oportunidad que no habíamos tenido para conocernos mejor. Toda la seriedad que me caracterizó durante las clases se vio desvanecida en favor de la honestidad, la curiosidad e incluso la ternura (una cualidad tan mía, pero tan oculta al mundo); su silencio se vio opacado ante las palabras que invadían la pantalla, confirmando de una vez y para siempre que todos habían errado, que yo tenía razón sobre ella. Gracias a la fría tecnología pude descubrir que no somos tan distintos, que hay tantas cosas que a ambos nos gusta hacer, que me gustaría que hiciésemos juntos... sueños del autor por el momento.


Con el messenger llegó también a conocer mi fotolog, mi mundo (casi) privado en un pequeño rincón de la red. Tal vez la curiosidad la llevó también hasta alguno de mis blogs, expresión de la laberíntica geografía de mi alma y de los deseos más oscuros, íntimos, incomprensibles de mi Eros y mi Thanatos. De su visita terminé también en su fotolog, donde un breve instante de compañía en que me encontré llevó a la evaluación de mis amigas respecto de la persona que me había cautivado. Su análisis puede considerarse devastador, y es que no encontraron en ella nada fuera de lo común, nada que fuese causal de la atención que le estoy prestando. Después de todo, ella es muy normal, es decir, no es nada de lo que alguna vez pensé me causaría esta sensación, extraña, ajena, desconocida incluso.


Así han estado las primeras horas de la primavera, pensando, sintiendo, con ella rondando en mi cabeza, con el recuerdo de esta soltería que ya parece cáncer terminal. Ojalá que encuentre una solución o se me pase la fiebre de la estación pronto, y es que como buen sagitario tengo que hacer todo a lo grande, incluso vivir el romance así que al momento de estar en pareja me entrego por completo, pero si ando solo por la vida la sufro toda. Ya llevo una primavera solo, la primera desde los 15 años (quizás antes, no recuerdo bien), y no tengo muy gratos recuerdos de las emociones que me invadieron, menos aún me dan ganas de pasar por eso nuevamente.


Tal vez no debiese preocuparme todavía por estas cosas, no llevamos ni una semana de esta tonterita romántica de la primavera y ya me siento angustiado. Lo más seguro es que las pruebas, el alcohol y los viajes de noviembre y diciembre me hagan olvidar todo esto... pero está latente el miedo de que lo potencien. Ahí veremos...

Horóscopo


Cuando tomé el diario en la mañana no pude resistir el impulso de ir de inmediato a la última página. Sé que debe ser una tontera, pero creo que hoy debí haberme contenido: frente a mis ojos el pronóstico decía Aumentan sus habilidades psíquicas. Me invadió un miedo terrible ante la oscura posibilidad que se abría con la inexacta predicción del periódico, y es que en el contexto general un aumento de ese tipo suele significar andar sintiendo todo lo negativo que ocurre a mi alrededor justo en un momento en que me resultaría difícil obviar esas cosas.


Ése es el problema con esta cosa, el no poder simplemente apagarla por un rato o ser capaz de seleccionar lo que siento. Creo que por eso también me disgusta morar en la ciudad, en esta ciudad, donde todos andan predispuestos a odiar pero no son capaces de mirarte a los ojos cuando lo hacen. Es increíble la cantidad de personas que te miran feo cuando vas sentado en la micro, pero en el instante en que alzas la mirada se les desvanece toda la valentía.


Bueno, pero ese es tema para otro escrito, algo que hable sobre el "homo chilensis". Por el momento sólo me atengo a la lejana posibilidad de ver mis habilidades psíquicas aumentadas con el riesgo que eso implica para mi estado de ánimo. Me consuelo con que Nena Borrero está equivocada o si no me hubiesen contenido esas habilidades psíquicas de leer el horóscopo.

Saturday, September 22, 2007

Recuerdos


No suelo concordar con la Flores, pero al oírla decir que las cosas estaban ocurriendo tal como en aquella ocasión sabía que no había nada que rebatir. Muchos regalos, muchas atenciones y, en especial, mucho delirio de persecución no significan para mí más que problemas, y es que tal como me dijo la Jose Herborn, suelo tomarme las cosas muy a pecho. Tiene razón (como de costumbre), pero no puedo dejar de preguntarme cómo no hacerlo.


Lo expresé ya en un escrito previo: hay cosas que nunca he aprendido a perdonar, una de las cuales es la traición. Aún así, me es difícil dejar de pensar que el odio deja profundas marcas en el corazón de los hombres, heridas que en ocasiones parecen imposibles de cerrar. De todos los males que me han afectado en casi 27 años de vida resulta innegable que éstos son los más dolorosos, tanto por las huellas físicas y psicológicas que han dejado como por sus prolongados efectos. Debería entonces seguir el consejo de quienes me rodean y asumir esa mentira que siempre he rechazado, que lo que ocurre a mi alrededor no tiene nada que ver conmigo.

No es difícil recordar lo que viví aquella vez, esa situación en que simplemente dejé de ser yo. Después de todo, no se puede ser sentimental cuando estás en mi lugar, cuando la “jerarquía familiar” te obliga ante los desastres a convertirte en el sostén emocional de un hogar que se derrumba. Ésa es la labor del primogénito aunque los “donantes genéticos” digan que el problema es de ellos: prohibido quejarse, prohibido llorar, prohibido ser yo.

Estando así las cosas, nuevamente no puedo hacer más que sentarme a esperar lo que ocurra…

Septiembre






El invierno se me escapa en una llovizna pasajera, un llanto de despedida que empapa las frías calles.


Ojalá no llegase la primavera…




Hay algo que nunca pude entender: ¿por qué amo tanto el invierno si vine a nacer en primavera?


…debe ser la crudeza del frío recordándome que estoy vivo…


…debe ser la lluvia cayendo sobre mi rostro, limpiando las máculas de mi alma…


…deben ser las nubes oscureciendo el cielo, un manto que oculta mis demonios…


(¿para qué esforzarme en comprenderlo? … quizás es sólo que odio la primavera)




Quiero sentir nuevamente el paso cruel del invierno por mi cuerpo…


Ojalá no llegase la primavera… ups, demasiado tarde.

Asilo político (estoy donde Tania)

Esto de vivir en dictadura es bastante complejo, en especial para alguien que ama ser libre.

Muchos podrían pensar que mi afirmación es burda, poco seria, incluso insultante para quienes vivimos parte o la totalidad de los casi 17 años de terror de Pinochet. Sin embargo, el matriarcado histérico al que me veo sometido día tras día tiene poco que envidiarle a la “presidencia” de Daniel López o al poder tras las sombras de Lucía Hiriart (quizás sólo por la ausencia de la DINA/CNI), y es que ha durado casi tanto como estos.

Si hay algo que se me debe reconocer es que no fui un niño o un adolescente particularmente problemático. Por el contrario, no era usual el tener que recibir órdenes de ningún tipo ante la tranquila independencia de la que gozaba en ese entonces. Pero mi tranquilidad no podía durar para siempre, no cuando menopausia, andropausia y pubertad (los tres chiflados) se reunieron en busca de un enemigo común para no despedazarse entre ellos: ese enemigo fui y soy yo. Sin más, me convertí en el chivo expiatorio de todos los males que me rodeaban, convirtiéndose los constantes gritos en mi contra en una suerte de deporte nacional.


Desde ese instante las cosas cambiaron, y es por eso que cada tanto debo pasar a la clandestinidad o buscar asilo en alguna embajada amiga. El último tiempo ha sido la segunda opción la más utilizada, encontrando en La Florida un lugar de descanso capaz de contener los terribles deseos de un Thanatos exacerbado. La casa de Tania se ha convertido en el refugio de los retoños desolados, consuelo para los que huyen del sin sentido de sus propios hogares.

Cuando la rabia me invada, si han sabido que la tristeza se me hace incontenible, en el momento en que los problemas me sobrepasen, saben donde encontrarme… estoy donde Tania.

Memoria vs. delincuencia


Han pasado casi 35 años, pero aún así el 11 de septiembre continúa siendo una fecha controversial, y es que después de todo los hechos acaecidos en 1973 marcaron nuestra historia con dolor, muerte y divisiones que incluso hoy se ven expresadas en el seno de muchas familias. Para algunos este día es motivo de celebración por el retorno de sus privilegios, para otros trae la tristeza ante la desaparición de la esperanza y de tantos que lucharon por ella. Sin embargo, con el correr de los años hemos visto que nuevas razones, ajenas a la memoria, han venido a teñir de rojo en el calendario una instancia que debería invitarnos a la reflexión.



A nadie dejó de afectar que durante la conmemoración del 2006 una bomba molotov fuese arrojada contra La Moneda, trayendo a la memoria el feroz incendio que simboliza la caída del gobierno constitucional y el inicio de la dictadura. Es claro que quien arrojó tal objeto presta poca importancia al sentir de los que año a año recuerdan a sus muertos -expresados cada 11 de septiembre en la figura de Salvador Allende-, provocando con su acto indignación y dolor no sólo en los presentes sino además en la generalidad de la población chilena. Actos de este tipo pareciesen salir de la mente de quienes apoyaron la dictadura y no de los que recordamos con congoja lo ocurrido en ese periodo.




Por desgracia este año no podemos decir que las cosas han sido diferentes. Lo ocurrido el 2006 fue causal directa del cerco que el pasado 9 de septiembre se impuso a quienes acostumbran marchar frente a Morandé 80, sumado eso sí a la mente siniestra de Belisario Velasco (encarnación de la idea de El Príncipe de Macchiavelo). Pero eso no es todo, y es que el saldo de más de 300 detenidos y un carabinero que nos ha dejado el 2007 no hacen más que dar la razón al Ministro del Interior a la hora de utilizar 'razones de Estado'. El 11 de septiembre ha dejado de ser una fecha para la memoria, entregando todo su peso simbólico a una delincuencia que poco o nada tiene que ver con los ideales de quienes cayeron por la dictadura. De hecho, no deja de ser paradójico lo mucho que nos recuerdan al terror que ejercían en la población los aparatos represivos de los tiempos de Pinochet.




Cada 11 de septiembre miles de chilenos se ven forzados a someterse a las reglas impuestas por el lumpen, delincuentes comunes que no hacen más que degradar la memoria en favor de la violencia injustificada y el saqueo generalizado. Sin importar derechas o izquierdas, la población se ve afectada por igual ante el horror que causan estos vándalos armados con piedras, molotovs e, incluso, fusiles de asalto. Es por esta absurda razón que la familia del cabo Vera ha sido dejada sin un padre, un esposo, un hijo, atacado en la oscuridad por un puberto ignaro que ni siquiera tenía conciencia al llegar la trancisión y justificó su actuar en la sola posesión de un arma con la cual delinquir.




Ante tal situación no es causa de sorpresa que la derecha más reaccionaria e inculta pida que saquen a los militares a las poblaciones, si bien en lo personal prefiero sumarme a la petición que hicieron a comienzos de año los padres de Eduardo y Rafael Vergara, cuya muerte se conmemora el 29 de marzo en el día del joven combatiente (otra fecha problemática): No usen la memoria de nuestros muertos, no violen el recuerdo de nuestros caídos, no justifiquen su violencia con nuestro dolor. Para eso ya nos basta con el "perro muerto" que siguen haciendo muchos.

Sunday, September 09, 2007

Ahora

Un problema menos, eso es lo que surge al pensar con mayor detenimiento en lo ocurrido. ¿Será que esto no fue más que una reacción? Es que la verdad no siento que se haya resuelto ningún conflicto existencial o se hayan cicatrizado heridas del pasado; sin embargo, las cosas vuelven a estar más tranquilas (o eso parece). Prefiero que sea eso antes que la opción: una simple ensoñación fruto del conformismo.

Así y todo, sigo preocupado ante el fatídico avance de la primavera, estación que aunque me haya visto nacer, ha dificultado siempre mi existencia. No es ninguna sorpresa entonces que prefiera entregarme a la oscuridad del invierno. Mientras las lluvias invernales logran limpiarme el alma, la primavera llega a atontarme hasta niveles extremos, ya sea por las altas dosis de antialérgicos o por el romanticismo circulante y sus efectos inevitables para buena parte de la población. A pesar de mis deseos, este año no tengo cómo huir en uno de mis habituales escapes hacia latitudes más australes, donde el poder de la temporada floral parece atenuarse.


No puedo ante esto más que preguntarme si lo que ocurrió durante estos días es fruto de un adelantado de la primavera o si esta conformidad posterior lo es. Aunque la verdad es que sería mejor ni siquiera pensarlo, ni siquiera pensar.


Así están ahora las cosas, espero que de una vez cambien para mejor...











Pregunta del día: '¿Qué alegría puede sentir una chirimoya?'

Thursday, September 06, 2007

Introspección al dolor

Ya no sé cómo hacer para sacarme tantas cosas que estoy sintiendo de la cabeza, del alma y, a estas alturas, incluso del cuerpo. No pensé que llegaría un punto en que ni siquiera escribir me ayudaría, pero aquí estoy, atrapado en un cúmulo de emociones que ya no quiero sentir y que causan que lo más irrelevante me haga daño. Las huellas físicas que ese dolor va dejando se hacen cada día más evidentes y temo que llegue un momento en que mi cuerpo no soporte tanta tensión.




Siento que la cabeza me va a explotar con cada movimiento que hago, pero el tratar de no moverme parece hacerme aún peor. Todavía más compleja es la incomprensión que existe en el entorno, recordándome que nadie me conoce en realidad, nadie ha querido conocerme y entender la complejidad que reviste estar en mi lugar. Después de todo, ¿quién podría o querría entender a alguien que parece sentir todo lo que pasa a su alrededor?




Es que esto que algunos consideran una bendición, la capacidad de sentir lo que ocurre a mi alrededor, lo que otros sienten, termina agotando cuando todos parecen recargarme con sus problemas y frustraciones. Me encantaría apagarme por un instante, bajarme del mundo y esperar que dé un par de vueltas antes de volver a subir. Pero no puedo porque sería como apagarme el corazón, dejar de ser quien soy y entregarme al sin sentido como el resto.




Lo peor de estos días ha sido la rabia, un sentimiento del que siempre me ha resultado difícil librarme y que en esta ocasión me está volviendo demasiado agresivo. He llegado a un punto en que siento que no puedo acercarme a nadie, ya que cualquier cosa que pase a mi alrededor podría hacerme estallar y no sé si seré capaz de controlarme. Lo único que ha podido calmarme con efímeras manifestaciones de afecto provenientes de la única persona que se ha preocupado realmente por mi estado, aun cuando hay tantos otros a mi alrededor.




En esta situación se ha vuelto más sencillo que se expresen todos los oscuros anhelos que erróneamente he reprimido con los años. Me resulta doloroso reconocerlo, pero tengo miedo de mí. Temo por lo que podría ocurrir si el odio acumulado por años llegara a salir de mi control, y es que estoy casi seguro que no sólo a mí me haría caer.




Al parecer hoy más que nunca debo recuperar el delicado equilibrio que perdí hace ya una década a causa de un dolor que aún arrastro. Si hay algo que nunca aprendí es a perdonar, hay traiciones que van más allá de mi capacidad de entendimiento y que se han repetido con los años de la manera más sútil. Me he mantenido en pie porque debo, porque soy el pilar emocional para muchos y ésa es mi verdadera esencia. Desde niño quise ser un héroe y éste es el precio que debo pagar.




Sólo quiero que esta situación se termine pronto...

Monday, September 03, 2007

Receso (beware of the wolf)

No estoy para problemas...
...de hecho, seré más directo: no estoy para (casi) nadie.


Hace harto que necesito un merecido descanso y no he podido tomármelo por andar tratando de salvar al mundo, pensando que eso me salvará también. Nadie ha sido capaz de darse cuenta que en ocasiones necesito que alguien me rescate, así que ante la ausencia de una persona que dé la talla he decidido colgar la capa por un rato para ser mi propio héroe (tal como algunas veces soy mi propio villano). El consejero se va a tomar un coffee brake para ordenar sus pensamientos, solucionar sus problemas, salvar su mundo interno.


Aviso desde ya, que el cambio no los encuentre desprevenidos: el tiempo que viene es de honestidad exacerbada (por no decir con lengua de víbora), de esa que causa lloriqueos en el interlocutor. No es por nada, pero los idiotas que disfrutan chocando contra las murallas y los malditos mal agradecidos han agotado mi usual altruísmo. Es por esto que necesito volver al equilibrio, y haré lo imposible por defender mi derecho a buscarlo.


Aquellas partes más ingratas de mi personalidad están ahora a flor de piel, por lo que el mismo instinto lupino que ha salido en protección o defensa de quienes piden mi consejo, quienes me rodean, no reconoce hoy amigos o enemigos, todos atentan contra la búsqueda de equilibrio. Atacará con garras y colmillos a cualquiera que se acerque.


Me merezco este receso, así que mucho cuidado con el lobo, que muerde... y mata.

Going Under - Evanescence