Tuesday, April 18, 2006

Parte IV: Ojos de miel.

Había pasado más de un año desde que Lobita se desvaneció lentamente. El taller de teatro seguía siendo mi sede, pero ahora ya no asistía como alumno, sino como asesor. Tenía acceso a la sala cada vez que quisiese ensayar y, ahora con mayor autoridad, mi importancia se hacía sentir.
Un renovado grupo de niñas había ingresado y nuevamente era uno de los centros de atención para ellas. Después de todo, ya estaba en cuarto medio y sólo el profesor tenía mayor cargo que yo. A pesar de esto, no estaba realmente interesado en imponerme, sino en formar un nuevo grupo que llenara mis espectativas artísticas. Dentro de la antigua sala había sólo una persona que lograba distraerme de tal objetivo.
Ella era la más alta de su grupo de amigas, pero no era por ello que lograba destacar. Su aspecto despreocupado, el pelo largo y desordenado, el cuerpo oculto bajo un grueso chaleco algunas tallas más grande eran vanos intentos por esconder la belleza y ternura de niña grande que salía a relucir en su risueño rostro.
No podía concentrarme cuando sentía sus almendrados ojos color miel observando cada uno de mis movimientos, como si estuviese desafiándome a perderme en su suave piel morena. Al momento de recorrer sus labios descubrí el secreto de su ternura infinita, pero de algún modo me sentía cohibido, impedido de continuar explorando a la chica de los ojos de miel. Le dije 'no más' una lluviosa tarde de junio, aunque no dejamos de vernos, de compartir momentos de amistad y cariño. Después de todo, compartíamos los mismos espacios, los mismos gustos, los mismos amigos. Sin embargo, nada volvió a ocurrir entre nosotros.
Ahora que los años han pasado, no puedo negar que me gustaría volver a perderme en su mirada de niña, en sus ojos de miel.
(continuará)

No comments: